Proyecto AutoBiografía
Mi AutoBiografía: Carlos A. Sánchez Torres
Yo soy Carlos, nací un revolucionario 20 de noviembre pero de 1994 (y para contar mi historia, hablaré un poco de dónde nací y crecí: Un pueblo llamado Tequixquiac: Cuna del Arte Prehistórico en América, ya que en éste lugar en el s. XIX durante la construcción del Gran Canal del Desagüe de la CDMX, encontraron por pura casualidad, el Hueso Sacro. Actualmente vivo en el pueblo vecino de Apaxco, que a diferencia de Tequixquiac, no se dedica al campo, si no a la industria de los materiales para la construcción desde tiempos prehispánicos, cuando en este lugar al noroeste del Estado de México se le conocía como “la región de las caleras” y se extrajo la cal, mortero, cemento y material pétreo calizo que formarían parte de algunas de las construcciones más importantes e imponentes del México antiguo y moderno por su cercanía al centro político y financiero.
Mi historia comienza aquí en “El lugar donde escurre el agua”: Apaxtle, cuando mis padres, Angélica Torres y José Alberto Sánchez, conciben por segunda ocasión un embrión, que era yo, el hijo único. Mi infancia fue tranquila, recuerdo que mis abuelitos paternos (Don José y Doña Flora) tenían una tiendita y allí pasaba mucho tiempo acompañando a mi abuelita que solía ver sus telenovelas, a mi otra abuelita Doña Hermila, solía visitarla en su casa y cada que era mi cumpleaños ella me traía una deliciosa gelatina. Los días de juegos nunca pararon hasta los 4 años de edad, año en que ingreso al kinder más cercano a mi casa: “Ing. Federico García Cuellar”, llamado así en honor al fundador del Colegio Guadalupe de Apaxco, A.C. de filiación católica y administrado por monjas cordimarianas llegadas a mitad del siglo pasado para educar a los hijos de los obreros de la industria del cemento. Aunque mi padre nunca perteneció ni trabajó en esa industria, mi abuelo si, y era casi una tradición cursar los tres niveles básicos de educación en ese colegio: Kinder, Primaria y Secundaria. Empero, yo no seguí la regla y tuve que precipitar mi salida debido a un mal entendido con la maestra “Chabela” que me sacó por una simple libreta, vaya tontería. Y así fue cómo mi madre me cambió al “Instituto Cultural Sor Juana Inés de la Cruz” a tan sólo unos metros de distancia de la otra escuela y donde permanecí hasta el segundo grado de primaria, ahí aprendí a leer, jamás superé las matemáticas y fui el “niño nuevo” durante casi dos años, lo cual terminó por ser incómodo, puesto que nunca me ha gustado sentirme importante, ni salirme del statu quo, era muy pasivo, callado, tímido y distraído, característica que permanece conmigo hasta hoy, quizás por eso me perdí y traumé cuando casi me pierdo en la Ciudad de los Niños, Santa Fe, (hoy Kidzania) y desde ahí hasta sexto jamás quise volver a ir a una excursión, por supuesto, regresé por mis propios medios al autobús. Finalmente, regresaría al Colegio Guadalupe para cursar de tercer a sexto grado. Tampoco hice muchos amigos en Sor Juana pero más tarde en 4º Grado llegarían al colegio, buenas personas que me abrieron las puertas de su casa. Cuando terminé el nivel primaria ingresé a la Secundaria Pública “Lic. Benito Juárez #107” dónde desconocía a todos y me costó adaptarme a sus formas. En aquel momento, (2006 -2009) comencé a utilizar internet del ordenador con más frecuencia y ya me empezaba a surgir cierta inercia por la música que no era extraña ya que desde pequeño me llamó mucho la atención pero siempre me aterró la idea de pararme frente a un escenario o miedo a no aprender los instrumentos, pero no sería hasta que decidí continuar en el bachillerato tecnológico, “CBT, Dr. Horacio Ramírez de Alba, Apaxco” (2009-2012), donde conocería a los amigos que finalmente hicieran realidad aquel proyecto musical.
No obstante, ingresé a ese CBT porqué obtendría preparatoria más una carrera técnica en Diseño Asistido por Computadora, lo cual se complementaba en cierto sentido con el negocio familiar. Mi permanencia allí fue medianamente agradable y redescubrí la importancia de la lectura por algunos maestros e impulsos personales, finalmente llegaría en primero o segundo semestre mi primera Banda de Rock que solía interpretar covers de las canciones que más nos gustaban en aquella época a mi y a mis amigos: Creedence, Jimi Hendrix, White Stripes, The Hives, The Doors, y por supuesto, Wolfmother, de donde la banda adquirió uno de sus varios nombres: The White Feather… Ese episodio de mi vida me llevó a pisar varios escenarios en la zona, desde bares locales hasta el Festival Huehuerola en 2011 aquí en la Concha Acústica de Huehuetoca, superando mi miedo a los escenarios y la gente, debido a que en aquel entonces tuve que lanzarme a ser la voz principal y el bajista del grupo durante el año que duró la banda. Concluida la prepa, el episodio musical me llevó a conocer hermosas jovenes y parcialmente abandoné la música, lo demás es historia. Acto seguido, llegaría la hora de elegir universidad. Dada la inclinación por la música, me interesó la carrera de Ingeniería en Audio, pero resulta que no soy fifí, así que hice mi Test de Orientación Vocacional a petición del profesor Mariano Desales y resultó que era elegido para Ciencias de la Comunicación, Filosofía y Letras, Diseño Gráfico y otra que no recuerdo. Así que me decanté por Comunicación en el lugar más abarrotado de México, la UNAM, un sueño que sólo pocos logran. Ese no sería yo. Elegí el segundo más prestigioso dentro de mi presupuesto, la UAM, tampoco sería afortunado, y así durante 4 años intentando y nunca desistiendo.
Sin embargo, durante todo ese largo periodo me dediqué sin saberlo a hacer cosas de comunicación, comencé un a contribuir al negocio familiar diseñando logos, anuncios publicitarios, tomando y haciendo video amateur, lo que me llevó a pensar en realizar alguna especie de tutorial en youtube. Lo pensé demasiado y así fue como en 2013 subí “Cómo Instalar Corel 11 para Mac” que tuvo mucho éxito y llegó a generar más de 100 dólares, desafortunadamente ese y otros videos que le siguieron fueron eliminados por “Infringir las normas de la comunidad” y los derechos de autor, pero los cerca de nueve mil pesos me llevaron a pensar que la propuesta de ganar dinero de internet es posible, lo vi con mis propios ojos. Parte de esos ingresos los utilicé para comprar almacenamiento y uno que otro viaje de placer, así fue como llegué a conocer al hermoso estado de Oaxaca, una exquisitez. Hasta que me enteré de la UAEMéx de Huehuetoca, donde fui aceptado a la primera, y sido muy tolerantes y pacientes respecto al proceso de registro, ya que me tardé más de lo normal y casi lo abandono, lo tomé como una señal mágica o divina: —Era tiempo de volver a la escuela y aquí me ven, puliendo y aprendiendo, técnicas de comunicación, manipulación de masas, opinión pública, marketing, propaganda para utilizarlas con mis proyectos personales, empresas, políticos y organizaciones sin fines de lucro que necesitan vender ideas, sistemas y a eso me dedico actualmente, la historia sigue y creo dilucidar hacia qué misterioso capítulo me lleva la vida…
Continuará…
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